De acá, de allá, del árbol que le ampara,
que no veo el papel en que te escribo,
el testimonio
mientras yo, sumergido
te doy a manos llenas
la inmundicia cubrió sus pechos de oro
relució como una piedra blanca en la lluvia
Yo sé de un pesar profundo
se me ocurre que vas a llegar distinta
Bella,
hecha de todo el trigo
y los labios colorados
no alcanzan a abarcarte,
quizá porque sabés
cómo te pienso y te enumero
Te busco
aquél amor seguirá ardiendo.
Camila De Cancellis
No hay comentarios:
Publicar un comentario